Cardiología Infantil y Pediátrica
Soy Licenciado en Medicina y Cirurgia, con una cualificación de excelente (9.09) obtenida entre los años 1999 y 2005. Tras completar mi formación general, me especialicé en Pediatría a través del examen MIR, realizando mi residencia en el Hospital Vall d'Hebron entre 2006 y 2010. Posteriormente, me formé en Cardiopatías Congénitas en el mismo hospital, y en postoperatorio cardíaco en el Hospital Great Ormond Street de Londres en 2012.
Cursé un Máster en Cardiología de las Cardiopatías Congénitas entre 2013 y 2014, impartido por la Universidad Autónoma de Barcelona. Durante mi carrera, he sido Médico adjunto en el servicio de Cardiología Pediátrica del Hospital Vall d'Hebron (2010-2015) y he trabajado como Médico adjunto de guardias en el Sistema de Emergencias Médicas Pediátrico, con base en Vall d'Hebron (2013-2015). Actualmente, soy Médico adjunto en el servicio de Cardiología Pediátrica del Hospital Doctor Josep Trueta desde 2016 hasta la fecha.
A lo largo de mi carrera, he sido autor de más de 30 artículos científicos, de los cuales 25 han sido publicados en revistas indexadas en PubMed, contribuyendo al avance del conocimiento en mi especialidad.
¿Qué tipo de revisión se ofrece a los pacientes interesados?
A través del electrocardiograma podemos evaluar si el sistema eléctrico del corazón funciona correctamente. Con la pulsioximetría, medimos la saturación de oxígeno en sangre para asegurarnos de que esté dentro de los rangos normales. Si se detecta hipoxemia, podemos hacer un primer despistaje descartando causas cardíacas.
Una revisión cardiológica también es muy recomendable en niños que practican deporte a nivel competitivo, ya que una revisión normal proporciona tranquilidad al someter al cuerpo al estrés físico de la competición. Sin embargo, es importante saber que algunas enfermedades cardíacas son difíciles de detectar y que una revisión satisfactoria no excluye al 100% la posibilidad de padecer una enfermedad cardíaca en el futuro. Para detectar problemas a tiempo, en deportistas de alta intensidad se recomienda una revisión anual o cada 2 años. La prevención siempre es la mejor manera de cuidar la salud.
